Hace ahora ya tiempo, mirando una de esas películas de sábado por la tarde oí un comentario que enseguida capturó mi atención…
Asunción es la madre de los metepatas
Desde entonces la habré repetido millones de veces -quines me conocen lo saben pues lo han sufrido en sus carnes-
Uno de los errores más comunes en el pensamiento (y en la comunicación) es la asunción: Asumir algo. Si el punto de partida es incorrecto, el camino nos lleva a un destino incorrecto. Así funciona el pensamiento. Si partimos de una asunción incorrecta, llegar a una conclusión acertada sólo puede pasar por casualidad.
¿Cómo podemos evitarlo?
Escuchando con mucha atención. Calibrando continuamente las asunciones que estamos tomando (es imposible ratificarlo todo, no dejaríamos hablar a quien escuchamos), y verificando las que sean arriesgadas.
Un buen ejercicio de comunicación, es colacionar el mensaje recibido. ¿Qué significa colacionar?
Colacionar significa cotejar el mensaje recibido con su emisor; tal como hacen los pilotos con los controladores aéreos:
Cuando la torre de control de Barcelona le dice a un avión “Iberia 1654 autorizado a aterrizar pista 25 derecha”, el piloto debe repetir por la radio “Autorizado a aterrizar pista 25 derecha, Iberia 1654”. De este modo, ambos pueden comprobar que el mensaje ha llegado a su destinatario en la forma correcta. De no ser así, pueden corregir la parte que no se ha entendido bien.


Grande artículo!
“Asunción es la madre de los metepatas…” y de los vagos.
Generalmente asumimos cuando no queremos trabajar para comprobar, es más rápido dar por hechas las cosas que comprobarlas. Habitual en un mal gestor asumir que tus ordenes se transforman en hechos sólo por haberlas ordenado: “Envia el material” no significa que el material esté en camino.
Sobretodo es garrafal cuando la base de nuestro razonamiento es una asunción.